Martínez, de 23 años, empezó a practicar el taekwondo desde sus diez años en el gimnasio de uno de sus tíos en la ciudad de Cochabamba.
Obtuvo varias medallas en torneos nacionales e internacionales desde las categorías infantiles.
A partir de los catorce años, empezó a competir a nivel internacional y su primera intervención fue en Lima, Perú donde obtuvo dos medallas de oro y una de plata.
La medalla más importante de su vida en el taekwondo fue cuando logró la de oro durante los Juegos Bolivarianos del año 2009. Hasta la fecha, ninguna deportista boliviana ha logrado llegar a este trono a nivel internacional frente a competidoras de la talla de países de Perú, Colombia y otros.
La medalla de oro que obtuvo en los Juegos Bolivarianos de 2009 le llevó a dejar su familia y poder trasladarse durante diez meses a vivir en la ciudad de Santa Cruz porque es ahí donde encontró apoyo de las autoridades locales y no así en la tierra que le vio nacer: Cochabamba. Incluso, todos esos meses de preparación supuso abandonar sus estudios, comenta la gran deportista Martínez, quien ahora es una profesional destacada del derecho y vive junto a su esposo Marcos García y una hija de apenas un mes Ana Elizabeth.
Tiene a su hermana Marcela y a su hermano Abel, quienes junto a ella son hijos de Raúl Martínez y Guadalupe Mercado.
Bachiller del Colegio Maryknol y profesional de la UMSS.
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