En el campeonato participaron cerca de 200 deportistas, de 20 equipos, representando a diferentes estados de Brasil. En la categoría hasta 56 kg se inscribieron 16 pugilistas y el boliviano tuvo que ganar tres combates preliminares para llegar a la final, donde perdió por puntos.
En la primera pelea, Vargas se impuso a José da Silva (Paraná) y en los cuartos de final, a Lucas Pinto (Paraná); en ambos combates fue vencedor por decisión unánime de los jueces (3-0). En semifinales su rival fue Joan Carvalho (San Pablo), al que venció por decisión dividida (2-1).
En la pelea por el título, el boliviano se enfrentó al campeón del estado de Bahía, Jackson Figueiredo, un boxeador que, además, ocupa el puesto número tres en el ranquin brasileño. Vargas perdió por decisión unánime, dejó escapar el oro y se tuvo que conformar con la plata.
Minas Gerais asistió al campeonato nacional con una delegación de nueve boxeadores y tres entrenadores. El segundo lugar que consiguió Vargas fue el mejor resultado de su equipo, toda vez que nadie más ganó medalla de oro, pero sí hubo dos terceros puestos, con Arnold Almeida (hasta 70 kg) y Klisman Abner dos Santos (hasta 75 kg).
¿Por qué Minas Gerais?
Vargas es hijo de padre boliviano y de madre brasileña, por esa razón suele viajar al vecino país. Primero se entrenó unos días en el gimnasio Palmeiras de San Pablo, donde le dijeron, desde un principio, que la selección estaba completa y que no tenía chance de integrar el equipo.
Después se trasladó a Belo Horizonte para visitar a sus familiares que radican en esa ciudad y ahí tuvo mejor suerte, pues uno de los entrenadores de la selección le comunicó que el competidor de la categoría 56 kg había sufrido un accidente y que no perdía nada con probar.
“Hice unas peleas amistosas y me fue bien, es así que me invitaron a conformar la delegación que viajaría a San Vicente (San Pablo); eso para mí fue de mucha alegría”, finalizó Vargas
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