06 diciembre 2013

Guías de montaña promueven andinismo seguro y profesional

Ser guía de montaña, más que un oficio, es un estilo de vida que conlleva la gran responsabilidad de cuidar la vida de las personas durante el ascenso a un nevado. Por ello, la Asociación de Guías de Montaña y Trekking de Bolivia (AGMTB) promueve el desarrollo de este deporte extremo en el país, pero de una manera segura y a nivel profesional.
Esta organización, establecida en 1986, reúne a guías de montaña que obtuvieron la certificación de la Unión Internacional de Guías de Montaña (UIAGM), así como a aspirantes en proceso de formación de Bolivia, Ecuador, Venezuela, Colombia y Chile.
"Actualmente contamos con 33 miembros certificados y 12 aspirantes, y seguimos creciendo gracias a nuestra escuela que cada año forma nuevos guías. Al ser una profesión arriesgada que pone en juego la vida humana, la formación profesional es imprescindible”, afirma Aldo Riveros, presidente de la AGMTB.
Pertenecer a esta asociación demanda una preparación práctica y teórica de cinco años, en lo que al final del curso, los tres mejores alumnos tienen la oportunidad de viajar a Francia, para continuar su formación por siete semanas intensas.
Pero antes, y como parte del entrenamiento en el país, los aspirantes realizan jornadas de rescate en montaña, ascensos en nieve y roca, y, en los mismos nevados, son puestos al límite para probar su capacidad de resolver problemas y controlar los peligros.
Durante un ascenso -explica Sergio Condori, director de la Escuela de Montaña- todo guía se expone a una serie de amenazas como avalanchas, tormentas de nieve, grietas en el camino, tormentas estáticas y caídas de piedra, sin contar que muchas veces deben lidiar con clientes negligentes que, a pesar del peligro, no quieren desertar.
"Como guías tenemos la responsabilidad de minimizar el riesgo en la montaña. Evidentemente, hay factores naturales que no podemos controlar, pero nosotros debemos decidir si es posible hacer cumbre o retornar, para no arriesgar nuestra vida y la de los clientes”, agrega.
A pesar del riesgo que implica este deporte, en La Paz hay al menos medio centenar de guías de montaña que, sin certificación internacional, se apoyan en sus conocimientos básicos de andinismo y conducen al turistas sin responsabilidad.
José Calisaya, miembro de la AGMTB, dice que este tipo de descuidos desencadenaron una serie de accidentes en diferentes montañas del país. "Cuando íbamos a rescatarlos, veíamos que no eran guías profesionales y que, en muchos casos, no tenían un material adecuado para realizar el ascenso”, recuerda.
Justamente, antes de iniciar el trayecto hacia la cumbre, los guías de montaña profesionales manejan un código de trabajo que les obliga a verificar la capacidad técnica y física de sus clientes, así como el equipo y vestimenta que utilizarán.
Este oficio también demanda una preparación física permanente para resistir la altitud y las exigencias de la montaña.
Cecilio Daza, director de la Escuela de Montaña, cuenta que en temporada baja -de noviembre a febrero- escalan en roca o se entrenan individualmente para practicar las técnicas y mantener la resistencia.
Escuelas de escalada
Otra preocupación de la AGMTB es la falta de interés por esta práctica en el país y la carencia de centros de entrenamiento de andinismo que promuevan este deporte a nivel competitivo, como en otros países de Sudamérica, y con mayor razón en La Paz, que es considerada la "capital del andinismo”.
Riveros considera que esta situación puede revertirse con la construcción de palestras artificiales para que niños, jóvenes y adultos se familiaricen cada vez más con la escalada, pero también con la implementación de escuelas que doten el equipo necesario para los ascensos.
"Estamos dispuestos a colaborar en la promoción y difusión del andinismo, pero también necesitamos el apoyo del Gobierno para elaborar una reglamentación con la que se pueda controlar el trabajo de los guías de montaña en Bolivia, para garantizar la seguridad de todos”, asegura.

Con esta pasión innata por el montañismo, estos guías perseveran en su misión de ofrecer una experiencia gratificante a sus clientes, garantizando su seguridad con una formación permanente y bajo los más altos estándares internacionales.

En 1986 surgen los primeros guías de montaña en Bolivia
El alemán Hermann Wolf fue el primer instructor formal que realizó el primer curso para instructores de alta montaña entre 1984 y 1986, con Bernardo Guarachi como segundo instructor, para difundir el andinismo y crear la base de la comunidad de escaladores de donde se formaría la élite de guías de montaña.
Al finalizar el último módulo, los requerimientos técnicos y el examen final fueron tan exigentes que sólo seis de los 22 inscritos aprobaron el curso. Con estos primeros instructores se creó la Asociación de Guías de Montaña y Trekking de Bolivia (AGMTB), que continuó la formación con cursos de esquí, gracias a convenios realizados con el Club Andino Boliviano.
Una década después, Wolf representó al país en la Asamblea General de la Unión Internacional de Guías de Montaña (UIAGM), en Italia, para solicitar el ingreso de la AGMTB a esta agrupación que reúne a 26 países.
La UIAGM, establecida en Europa después de la Segunda Guerra Mundial, norma los niveles académicos de las escuelas de guías de montaña en todo el mundo. Es una institución reconocida por su seriedad, los altos niveles técnicos que requiere de sus miembros, la calidad profesional y la seguridad que ofrece a los clientes.
Desde entonces, la AGMTB realizó convenios con diferentes países de Europa para estructurar una escuela en Bolivia que cumpla todas las exigencias de formación y también con el fin de que los alumnos viajen a otros países para ganar experiencia en este deporte extremo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario