Fadrique Iglesias será el último deportista nacional en competir en los 800 m. El atleta tiene el objetivo de batir su récord de 1’48”16 centésimas.
Así como vino, silenciosa y humildemente, la delegación boliviana empezó a retornar. Sin ninguna pretensión, había que buscar simplemente una entrega absoluta y eso ocurrió.
Mañana Bolivia cierra su participación con la prueba de atletismo 800 metros. Con la máxima esperanza de bajar su marca, Fadrique Iglesias estará en la pista del estadio nacional de Beijing. A las siete de la noche en Beijing, cuando en Bolivia sean las siete de la mañana, un entusiasta Iglesias pretenderá mejorar su récord de 1 minuto 48 segundos y 16 centésimas. Hay que recordar que la marca mundial pertenece al ruso Boraskoski con 1 minuto 42 segundos y 60 centésimas.
La disciplina y entrega caracterizaron a este reducido grupo de deportistas. La nota discordante fue la reticente actitud del equipo de natación, que por instrucciones del técnico José Quintanilla se mostró esquivo con la prensa y distante del resto de deportistas de la delegación boliviana.
No se explica de otro modo la injustificada ausencia a la ceremonia de celebración del día de la patria, el 6 de agosto, propiciada por nuestra embajada en Beijing. Tampoco estuvieron presentes en el almuerzo con el viceministro de Deportes, Miguel Aguilar, en la Villa Olímpica.
Hay ciertas reglas y normas que deben observarse, más aún cuando los deportistas que acuden a estos eventos lo hacen por invitación y no por marcas mínimas establecidas por el Comité Olímpico Internacional.
Para las próximas invitaciones no deberán repetirse los atletas, hay que promocionar otros valores, salvo que los casos de aquellos que cumplan con el requisito de la marca mínima.
Al transcurrir ocho días de competencias en la versión 29 de los Juegos, no queda ninguna duda de que China logró el propósito de mostrarse al mundo como un país emergente y que está en condiciones de ser el gran protagonista de las próximas décadas.
Así como vino, silenciosa y humildemente, la delegación boliviana empezó a retornar. Sin ninguna pretensión, había que buscar simplemente una entrega absoluta y eso ocurrió.
Mañana Bolivia cierra su participación con la prueba de atletismo 800 metros. Con la máxima esperanza de bajar su marca, Fadrique Iglesias estará en la pista del estadio nacional de Beijing. A las siete de la noche en Beijing, cuando en Bolivia sean las siete de la mañana, un entusiasta Iglesias pretenderá mejorar su récord de 1 minuto 48 segundos y 16 centésimas. Hay que recordar que la marca mundial pertenece al ruso Boraskoski con 1 minuto 42 segundos y 60 centésimas.
La disciplina y entrega caracterizaron a este reducido grupo de deportistas. La nota discordante fue la reticente actitud del equipo de natación, que por instrucciones del técnico José Quintanilla se mostró esquivo con la prensa y distante del resto de deportistas de la delegación boliviana.
No se explica de otro modo la injustificada ausencia a la ceremonia de celebración del día de la patria, el 6 de agosto, propiciada por nuestra embajada en Beijing. Tampoco estuvieron presentes en el almuerzo con el viceministro de Deportes, Miguel Aguilar, en la Villa Olímpica.
Hay ciertas reglas y normas que deben observarse, más aún cuando los deportistas que acuden a estos eventos lo hacen por invitación y no por marcas mínimas establecidas por el Comité Olímpico Internacional.
Para las próximas invitaciones no deberán repetirse los atletas, hay que promocionar otros valores, salvo que los casos de aquellos que cumplan con el requisito de la marca mínima.
Al transcurrir ocho días de competencias en la versión 29 de los Juegos, no queda ninguna duda de que China logró el propósito de mostrarse al mundo como un país emergente y que está en condiciones de ser el gran protagonista de las próximas décadas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario