20 agosto 2008

El boliviano Fadrique Iglesias se plantea seguir en el atletismo



El boliviano Fadrique Iglesias no logró hoy clasificarse para las semifinales de 800 metros de los Juegos de Pekín y aseguró que se plantea dejar el atletismo.

"Me voy con sabor a poco, he esperado toda mi vida esta carrera y luego he hecho esta marca (1:50.57). No está ni entre mis 15 mejores registros", dijo.

"Aquí se acaba un ciclo. Voy a parar un tiempo para ver que hago", aseguró el atleta que el mes próximo cumplirá 28 años.

Iglesias lleva toda la vida dedicada al atletismo, un deporte que practica desde los 11 años. Es plusmarquista nacional de los 400, los 800 y los 1.500 metros, ha ganado dos medallas de bronce en los Juegos Bolivarianos y un subcampeonato Iberoamericano.

"Pero ahora estoy en un limbo, ni estoy entre las estrellas ni soy un principiante. Mi mente está en otros proyectos", aseguró el atleta.

A Iglesias no le asusta decir las cosas tal y como las piensa. No está dispuesto a cualquier cosa para mejorar sus marcas. "Para salir de este limbo hay que recurrir a prácticas menos transparentes", dice. "¿Cuáles? Bueno, en el deporte hay dopaje", afirmó.

El atleta boliviano no está acusando a toda la elite. "No quiero decir que todos los que me han ganado estén dopados", matizó.

Aseguró que nunca tuvo contacto directo con el dopaje, pero por lo que ha oído esas prácticas existen. "He vivido seis años en España y he leído mucho sobre la "operación Puerto" en la que había 200 deportistas implicados. Eso es síntoma de algo", señaló el atleta en referencia a la red de dopaje sanguíneo desarticulada por la Guardia Civil española en 2006.

Iglesias no quiere saber nada de ese mundillo y por eso está dispuesto a detener su carrera deportiva pese a que es uno de los atletas más laureados de Bolivia.

Con un diploma de gestión cultural bajo el brazo, a Iglesias le gustaría cambiar de aires y dedicarse a ese mundo. "En Bolivia hacen falta proyectos de desarrollo y la cultura puede aportar mucho a este mundo", afirmó.

En sus años en España, Iglesias entró en contacto con la Fundación Hombres Nuevos, que preside el obispo emérito de Palencia Nicolás Castellanos, y con ellos pretende abrir una escuela de atletismo para niños bolivianos.

"Si sale este proyecto puede ser que deje mi carrera de atleta", aseguró Iglesias.

Si finalmente se concreta su salida del atletismo, Bolivia perdería a uno de sus mejores deportistas.

Iglesias llegó al atletismo muy joven y participó en carreras de aficionado hasta que fue obteniendo buenos resultados, por lo que se dedicó a ello.

Una beca en España, con ayuda de la Junta de Castilla y León, le llevó a Valladolid, donde compaginó el entrenamiento con los estudios. "Fue una etapa dura, pero aprendí que ese tipo de centros se necesitan en Bolivia", dijo.

En España aprendió que la única forma de ser algo en el atletismo pasaba por el sacrificio. De las dos o tres sesiones de entrenamiento que hacía en su país pasó a 12 ó 13 en España. Allí también se especializó en los 800 metros y abandonó otras pruebas.

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