Una lesión de meniscos terminó con su carrera de atleta, pero no la alejó de lo que ama. Se convirtió en entrenadora y es la autora intelectual de que, como nunca antes en la historia del deporte boliviano, cinco deportistas nacionales hubieran conseguido la marca mínima para clasificar a unos Juegos Olímpicos. "No hay mérito ni para el atleta ni el entrenador en pedir una invitación para los JJOO. Hay que hacerlo con esfuerzo, se puede, eso hicimos", señaló la "profe", quien les metió esta idea en la cabeza a sus pupilos, a base de ejemplo, disciplina, entrenamientos y, por qué no, "palo". Martha Marín Ibáñez, paceña de nacimiento y entrenadora de atletismo, es una eminencia en el país. Tiene entre sus alumnos a Ronald Quispe, Marco Rodríguez, Wendy Cornejo y Ángela Castro, todos con la marca para los JJOO de Río. Asimismo, dos campeones, una panamericana juvenil y un sudamericano, Stefany Coronado y Pablo Rodríguez, respectivamente. Propuso un nuevo biotipo para la marcha boliviana, planificó y está metida "patas y todo" a esta pasión. Gracias a ello Bolivia tiene "asegurada" su presencia en citas olímpicas por lo menos hasta en 2024.
Ni casualidad, ni improvisación, solo trabajo planificado. "Estoy convencida de que todo lo que se planifica con tiempo trae frutos. Tenemos cinco atletas clasificados a Río, a cuatro yo entreno, pero ha sido un proceso largo, venimos desde hace varios años", señaló Marín. Solo para demostrarlo, son 16 años que entrena a Cornejo, 8 a Marco y 1 a Castro. Ella tomó lo mejor de las técnicas mexicanas, polacas y españolas para crear un biotipo acorde al boliviano. "Antes había solo un tipo de marchista nacional, no tenía que medir más de 1,70 metros por ejemplo, pero para estar en la élite mundial hay que mejorar, entonces a mis chicos les inculqué la manera como mueven los brazos los españoles, así también, los mexicanos se caracterizan por el movimiento de caderas, ellos son muy ágiles. De los polacos su fortaleza son las piernas", afirmó. Combinado esto, a la ventaja que tienen lo nacionales que entrenan en La Paz, ya que tienen mejores hemoglobinas, lo que produce que tengan una mejor resistencia que los que entrenan sobre el nivel del mar.
Un camino difícil: cambiar la mentalidad y el sustento. A la hora de nombrar los desafíos con los atletas que afronta es la manera de pensar. Para Marín "hay un pensamiento" de que no se pueden alcanzar las cosas, "un derrotismo que de entrada no permite creer en uno mismo". ¿De qué vive? Forma parte del programa Tunkas y de ahí recibe una remuneración, que si bien no es mucha, le alcanza para sustentarse. "El atletismo no es rentable, no te asegura la vejez, no te da bienestar económico, pero yo lo hago con amor y por eso sigo en esto", acotó.
"Si queremos ganar una medalla en un JJOO tenemos que tener un centro de alto rendimiento, condiciones para que el deportista solo se preocupe por entrenar y Bolivia está lejos aún", finalizó Marín.
El perfil
Martha Marín
Ciudad natal:
La Paz
Cumpleaños:
25 de febrero
Familia:
Raúl Marín (Papá+) y Aida Ibañez (mamá). Tiene 6 hermanos
Estudios:
Licenciatura en Trabajo Social
Escuela:
Spikes
Trayectoria:
Ha sido atleta y compitió en la maratón. Su úlitma prueba fue en los Juegos Bolivarianos de 1993 en Santa Cruz de la Sierra.
Desde 1996 es entrenadora y su máximo logro es haber clasificado a cuatro atletas a los JJOO de Río
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