06 noviembre 2014

Piscina Burbujitas, un semillero de nadadores en La Paz

Han pasado 27 años desde que las hermanas Ingrid y Karen Eulert decidieron abrir Burbujitas (el primer espacio de enseñanza de natación a niños de La Paz) para transmitir su conocimiento y pasión por esta disciplina. Desde entonces la Escuela Burbujitas se convirtió en un semillero de talentos, llegando a formar, incluso, a grandes competidores en esta disciplina, que continúan entrenando en diferentes clubes de La Paz.
"Nuestro sueño fue crear una escuela de natación para niños porque en la ciudad no había un lugar que reúna las condiciones de seguridad, calidad y sobre todo amor por el deporte y los niños. Empezamos con pocos niños y, sin darnos cuenta, ahora tenemos a una segunda generación de alumnos”, comenta Ingrid, quien cuenta que tanto ella como Karen aprendieron a nadar desde muy pequeñas y querían ofrecer mejores alternativas a los niños para practicar este deporte.
Para ellas, la natación es un deporte básico y completo, que ayuda al fortalecimiento de la musculatura, la motricidad y coordinación en los niños, además de desarrollar su atención y concentración. Es por eso que dirigen su atención a niños y niñas de entre cuatro y siete años, consideradas edades ideales para que comiencen a desarrollar destrezas en el agua, de una manera lúdica y divertida, que siempre les dio buenos resultados.
Karen explica que cuentan con tres niveles: principiante, medio y de estilo, en los que aprenden desde flotar y sumergirse en el agua, hasta nadar con los cuatro estilos, aumentando la dificultad según el avance de los alumnos.
Además, en cada grupo se recibe un máximo de ocho niños, con tres instructoras a cargo, para asegurarse de ofrecer una enseñanza personalizada que vele por la seguridad de los pequeños, que en cuestión de siete meses están listos para ser promovidos.
"El método que utilizamos es un sistema basado en juegos, que nos ha dado excelentes resultados porque los niños no se aburren ni se atemorizan ante el agua, sino que se familiarizan con ella para luego aprender a nadar”, complementa.
Evidentemente, ambas son testigos de cómo los más pequeños disfrutan de una jornada en el agua, sin temores que les limiten.
No obstante, también reconocen que tuvieron alumnos que llegaron con miedo a las piscinas por malas experiencias en el pasado, y con quienes tuvieron que trabajar de otra manera para ayudarles a superar sus traumas. En esta misión de enseñanza también participan Virginia y Adelaida Condori, instructoras experimentadas que formaron parte del equipo de Burbujitas desde sus inicios, e incluso representaron a la institución en competencias nacionales cruzando el Estrecho de Tiquina en el lago Titicaca.
Burbujitas también tiene una unidad de entrenamiento acuático para niños con síndrome de Down y autismo, que es conducido por la especialista Gabriela Martínez. Estas clases son muy apreciadas por los padres de estos pequeños y contribuyen significativamente a su desarrollo.
Otra de las características de esta institución son las demostraciones anuales de avance de los alumnos y competencias en las que se invita a participar a otras escuelas, haciendo un verdadero espectáculo.
Ver el desarrollo y crecimiento de los alumnos en el agua es una de las mayores satisfacciones para estas hermanas que, de alguna manera, se ven reflejadas en los niños que pasan por la piscina de Burbujitas con el mismo entusiasmo que tuvieron ellas al inicio de su carrera.
"Hacer que les guste la natación, verles nadar con tanta felicidad y saber que muchos continúan con este deporte es algo que nos llena de satisfacción. Así que continuaremos con las clases, porque enseñar es nuestra vocación”, concluye Ingrid.
Natación, juegos y vocación de servicio es la trilogía que sigue creciendo desde la Escuela Burbujitas en La Paz.

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