Hockey sobre césped

El hockey sobre césped es uno de los deportes más antiguos, teniendo registros gráficos de formas rudimentarias de hockey (juego de palos y una bola) en muchos lugares del mundo desde egipcio del 2000 a.c. hasta la Antigua Grecia 500 a.c., por 1860 nacieron los primeros clubes en Inglaterra.

En 1924 se creó la Federación Internacional de Hockey (FIH) y en 1982 se unificaron los juegos masculinos y femeninos bajo los auspicios de la FIH. La primera versión de la Copa del Mundo se celebró en 1971 para hombres y en 1974 para mujeres.

El hockey sobre césped es deporte olímpico desde 1909 en la rama masculina y en 1980 en la femenina.

El hockey sobre césped es un deporte en equipo que se está volviendo más popular cada año, sobre en países sudamericanos como Argentina.

¿Cómo jugar?

El hockey sobre césped no es un deporte complicado, pero si específico en su reglamentación y su técnica.

Lo primero que se necesita para poder jugar es contar con una cancha que puede ser césped natural o sintético, que tiene las dimensiones de 91x55 metros. Las porterías o arcos que tienen 3,66 metros de ancho por 2,13 metros de alto. Un balón o bocha que puede ser de cualquier material, pero con un peso de entre 160 gramos y tener una circunferencia de 23 centímetros. Para poder golpear la pelota se necesita un palo o un stick, que puede tener cualquier longitud para acomodarse a la altura del jugador, pero debe pesar entre 340 y 794 gramos. La cabeza del palo no puede tener más de 10 centímetros de longitud y debe ser de madera. Su lado izquierdo es plano y los bordes son redondeados.

Un partido dura 70 minutos, que se dividen en dos periodos de 35 minutos, separados por un intervalo de descanso de 5 o 10 minutos.

El juego es controlado por dos árbitros, uno para cada mitad del terreno de juego, los cuales suelen permanecer fuera del mismo la mayor parte del tiempo.

Cada equipo está compuesto por 10 jugadores y un arquero y existen diferentes sistema de juego, como en el fútbol 4-3-3.

El juego se inicia y reinicia después del descanso y de cada gol, con un pase hacia atrás desde el centro del terreno. Todos los jugadores, excepto el que saca, se sitúan en su propia mitad del campo. Ningún miembro del equipo que no está en posesión de la bola puede situarse a menos de 4,57 metros de la misma. El pase para sacar puede hacerse golpeando o empujando la bola y se debe dirigir a lo largo de la línea del medio campo o al medio de la línea de defensa. El jugador que saca no puede volver a tocar la bola hasta que otro jugador, de cualquier equipo, la haya tocado.

El objetivo final del juego es pasar la bola para aproximarse a la portería contraria y marcar un gol al introducir la bocha en el arco.

En el juego moderno se usan seis tipos principales de pases: golpeo, empuje, empuje inverso, palmeo, acucharado y volea.

Estos dos últimos levantan la bola en el aire.

Los jugadores pueden también driblar a los jugadores contrarios por el campo, para ello se golpea la bola de izquierda a derecha con el stick, en una acción que la hace rodar por el campo, utilizando pequeños giros de las muñecas.

Para que un gol sea válido la bocha debe traspasar completamente la línea de meta del arco del contrincante.

Cuando una bola sale fuera de los límites del campo se pone de nuevo en juego por medio de un golpe o un empuje desde el lugar por donde salió.