A su llegada, Rojas caminó por una alfombra roja (colocada por sus amigos) y recibió el cariño de sus seres queridos, que le llevaron flores, globos y pancartas.
El atleta, que compitió en la prueba de los 100 metros planos, aunque no logró bajar su mejor marca personal de 10,36 segundos, fue el único boliviano en ganar una ronda preliminar en la historia de los Juegos Olímpicos y tener la opción de competir con atletas de la talla de Usain Bolt y Yohan Blake, sus ídolos fuera de la pista atlética.
“Fue la mejor experiencia de mi vida hasta ahora. Al ganar la ronda preliminar, sentí una alegría indescriptible, pero ya en la segunda carrera me enduré un poco, estaba muy nervioso y ansioso y fui quemando energía en vano. Pero estar con esos grandes del atletismo es un orgullo”, dijo.
“Sólo pido que me dejen entrenar”
“Lo único que puedo pedirles, sobre todo a las autoridades de Cochabamba, es que por lo menos me dejen entrenar, y que no nos cierren las puertas del estadio, tenemos que saltar la reja (…), nos apagan las luces”.
Al igual que la nadadora Karen Tórrez, Rojas se sorprendió de que el director del Servicio Departamental de Deportes (Sedede), Ronald Calizaya, fue a recibirlo. “Increíble, ahora debe estar orgulloso de que tres cochabambinos fueron a los Juegos; pero, ¿qué nos da? No nos da nada”, recalcó.
Calizaya señaló que no estaba enterado que les cerraban las puertas para ingresar a la pista atlética del estadio Capriles, ni que les cortaban la luz, y comprometió su total apoyo.
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