Mañana la Universidad Mayor de San Simón (UMSS) y la Alcaldía de Quillacollo expondrán sus argumentos con la finalidad de obtener la sede de la Villa Suramericana, para los XI Juegos Suramericanos Cochabamba 2018.
Pero mientras la UMSS tiene casi todos los papeles listos para hacer la minuta de transferencia a la Gobernación de Cochabamba; Quillacollo aún trabaja para conseguir toda la documentación necesaria que garantice la construcción de la Villa.
La semana pasada, la Alcaldía de Quillacollo solicitó al Ministerio de Medio Ambiente una autorización o una modificación en la Ley que impide realizar obras civiles para asentamiento humano en inmediaciones de la laguna de Cotapachi.
Según explicó José Villarroel, secretario de planificación de la Alcaldía de Quillacollo, dentro las 40 hectáreas que ofrece el municipio para la Villa se pueden construir edificaciones deportivas y educativas, porque está definida como área de equipamiento, pero lo que no está permitido es tener asentamientos humanos. Entonces lo que Quillacollo solicita es una modificación en la Ley, para que permita la construcción de los bloques habitacionales en siete de las 40 hectáreas.
El Alcalde de Quillacollo viajó ayer a La Paz para ver en qué estado se encuentra su solicitud. Espera que hoy le tengan una respuesta al pedido y así tener todos los papeles listos para la defensa de su propuesta.
Esta autorización es el talón de Aquiles de la proposición de Quillacollo, porque de no lograr la autorización, en Cotapachi no se podrá construir la Villa Sudamericana en esa región.
EL CONSEJO ES EL QUE DECIDE
El Consejo Nacional de Coordinación de los Juegos está compuesto por representantes de los ministerios de Deportes, Obras Públicas, Planificación, además del Codesur, el Comité Olímpico Boliviano, la Gobernación de Cochabamba, la Alcaldía de Cercado y la Mancomunidad del Trópico.
Es este consejo el que decidió hace dos semanas que la Tamborada, ofrecida por la UMSS, sería la sede de la Villa Suramericana; pero después de varias medidas de presión, Quillacollo logró que su propuesta sea escuchada por el Consejo y abrir de nuevo sus esperanzas para construir la Villa.
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