13 marzo 2012

Un campeón que se despide del ciclismo nacional

Fue el ganador del "ascenso al cielo por el camino de la muerte" el año pasado y con esta victoria internacional en el camino Los Yungas-La Paz, prácticamente cerró una carrera de 14 años de logros en el ciclismo nacional.

Se trata de Marco Suárez Veizaga que, a sus 36 años de edad, este año le dice "alto" al vértigo y la competencia para dedicarse a la familia y a una profesión que de alguna manera mantiene viva su pasión por el deporte y particularmente por el ciclismo, aunque ahora lo hará bajo techo. "Y tal vez maneje bicicleta para ir a comprar pan o algo así", comenta sobre el cierre de su carrera, en tono de broma.

Y es que cerrar una trayectoria que lo señala como seis veces consecutivas campeón nacional de triatlón en la última década; y reciéntemente haber conseguido el segundo puesto nacional en Cross y el primero en Descenso en 2011, justo después de haber sido catalogado como el mejor ciclista de Descenso de la categoría Master A, de nuestro país no es nada fácil, pero hasta un campeón reconoce sus límites.

"Hay buenos corredores jóvenes y cada vez las marcas son mejores, hay mejores equipos. Si a eso le sumas la edad, me tienes seis meses preparándome con dietas, ejercicios y vida sana para pelear por algo; pero viene un chico de 20 años directo a competir y te gana", reconoce y ríe. "Entonces es buen momento para retirarse", dice.

Marco también fue fundador del triatlón en nuestro medio junto a un verdadero ícono de la especialidad como lo fue Inés Eppers, a quien justamente le debe su vida en competencias, de una forma inesperada.

"Siempre fui al colegio en mi BMX, luego a la universidad y a todo lado. Un día conocí a Inés y me preguntó si era corredor porque siempre estaba en bici, le dije que no y me dijo ‘metele’. El resto es historia", recuerda.

El hobby que se volvió una profesión

JVR Manejar bicicleta por “hobby”, convertirse en campeón “por una casualidad” y extender una carrera por 14 años no quedarán en una anécdota, por lo menos es lo que Marco Suárez da a entender cuando señala que su afición por el deporte lo motivó a relacionar su pasión con algo que ahora es su profesión y, como él mismo dice, “ahora vivo de esto”.

Marco se convirtió hace 13 años en el primer profesional de la instrucción en “spinning”, siempre con una bicicleta, aunque dentro de un gimnasio. “Ahora manejo bajo techo, enseño y es mi vida. Enseñar apasiona, te motiva ver a las personas haciendo un sacrificio por mejorar su salud dejando de lado incluso tiempo con la familia”, cuenta.

Siempre en la lógica de crecer dentro de la formación profesional, Suárez accedió a la cadena internacional de preparación Megatlón, en Argentina, para continuar con su preparación y ahora es el primer instructor profesional de “kranking” una novedosa forma de mantenerse en forma con equipos especiales destinados al trabajo de la parte superior del cuerpo.

El “hobby” se convirtió en una profesión y Marco en una persona que gracias a su persistencia consiguió que el manejar bicicleta ahora lo haya convertido en un destacado excampeón e instructor reconocido en nuestro medio.

El estudiante del colegio Amerinst “promo 92” y fisioterapeuta titulado en la Unicen, quizás se convierta en una inspiración para los jóvenes que inician en el deporte. “No más dietas, ahora soy libre. Tal vez vuelva”, dice y se despide.



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