“Después del fulbito llega el ‘full vaso’”, decía la publicidad de una conocida marca de cerveza. Esto hace mención a la costumbre que tienen muchas personas de tomarse unas cervezas luego de una ‘picadito’. Pese a lo que muchos puedan pensar, este brindis postpartido sería beneficioso para recuperar parte de las energías perdidas de una “manera saludable”.
Esta información fue publicada en una investigación realizada en España por la Universidad de Granada. Según comentó Manuel Castillo, responsable del estudio, la cerveza cumple un papel importante en la recuperación del metabolismo del deportista.
“El consumo moderado de cerveza puede contribuir a mantener niveles más altos de glucosa plasmática y atenuar las respuestas hormonales de estrés. Las maltodextrinas, carbohidratos de gran interés para la nutrición deportiva y presentes en la cerveza, corrigen la posibilidad de hipoglucemia, ya que se metabolizan lentamente liberando unidades de glucosa que pasan progresivamente a la sangre”, señala la investigación.
En setiembre pasado se publicaron algunos avances de esta investigación, que hoy derriba uno de los principales mitos sociales. “Realizamos el estudio para comprobar si la costumbre tan extendida de tomarse unas cervezas después del ejercicio era algo recomendable o no”, explicó Castillo a EFE.
La conclusión fue que una cantidad moderada de cerveza no representa ningún problema que perjudique la rehidratación que se produce tras el ejercicio. “No se encontró ni un efecto específico ni uno negativo que se pudiera atribuir a la ingesta de cerveza en comparación con la ingesta solo de agua”, recalcó Castillo.
El Comercio
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