06 septiembre 2015

Marlen Lorberg Lijerón (24) es una cruceña apasionada por la gimnasia,

Marlen Lorberg Lijerón (24) es una cruceña apasionada por la gimnasia, deporte al que durante años le dedicó alma, vida y corazón, y que le permitió destacarse en eventos internacionales al haber obtenido varias preseas.

Su amor por la gimnasia despertó cuando tenía siete años. Cuenta que cuando fue a visitar la tumba de su abuela, en el cementerio Las Misiones, vio a una niña realizando saltos por todo el pasto. “Me quedé prendada de ella y eso fue todo lo que necesité para saber que eso era lo que quería”, dice.

Sin embargo, su incursión en la gimnasia empezó a sus 14 años, cuando su mamá, Marlene Lijerón, la inscribió en una academia. Las seis y hasta siete horas diarias de entrenamiento tuvieron sus frutos. En 2007 participó en su primera competencia sudamericana, luego, integrando el equipo de élite, consiguió medalla de oro en Venezuela. En 2009 participó de los Juegos Bolivarianos en Sucre, obteniendo plata y bronce en conjunto y equipos, respectivamente. Ese mismo año logró medalla de bronce en un evento sudamericano llevado a cabo en Ecuador, junto con su compañera, Florencia Sosa.

Dos años después, en 2011, ganó otra medalla de bronce en los Juegos del Alba, en Venezuela, junto con Mariela Kinn.
En 2012, a invitación de la entrenadora brasileña Angélica Kvieczynksi, se marchó al vecino país para recibir algunos meses de entrenamiento gratuitos.

Orgullo nacional
Marlen es la única boliviana, en gimnasia, en haber participado en dos juegos bolivarianos (Sucre 2009 y Perú 2013) y en dos juegos sudamericanos (Medellín 2010 y Santiago 2014), y de haberse convertido cinco veces en campeona nacional.
“Sin la ayuda de mis entrenadores no habría conseguido ni la mitad de mis logros. Estoy muy agradecida con Maday Arango, entrenadora principal; Juan Carlos Viera, coreógrafo; Teófilo Sorioco, preparador físico; y Jorge Valenzuela, ballet clásico. Siempre llevaré conmigo sus enseñanzas, porque me sirvieron para toda la vida”, dice esta joven que hace unos meses atrás decidió dejar de competir, aunque sigue entrenando.

“La gimnasia me enseñó disciplina, puntualidad y perfección. Otras de las mayores lecciones fueron que con constancia y sacrificio todo se puede lograr, nada es imposible”, expresa.

Profesión
Marlen es comunicadora social, carrera que estudió en la Universidad Nur. Hoy está abocada a cursar una maestría en periodismo deportivo, pues quiere entregarse al deporte y aportar desde otro ángulo. “Quisiera dar cobertura a muchos deportistas que nadie los conoce. Es otra pasión que descubrí”

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