09 octubre 2013

Kung fu ahora para mujeres

A través de esta disciplina quiero que la mujer levante la cabeza, enderece la espalda, mire de frente y camine como se lo merece”, dice convencida la instructora de kung fu Mónica Fernández.
Frente a ella se encuentra su colega Ana Rosario Choque, quien añade: “El kung fu no solo implica un rigor físico, sino que trabaja a un nivel de postura, de la actitud de la persona y todo aquello a lo que debemos enfrentarnos día a día. La postura y el cuerpo erguido hace que también evités los asaltos, porque te ven menos vulnerable y más alerta o atenta a lo que te rodea”.
Estas dos mujeres hoy ocupan el espacio de nuestras entrevistadas, para hablar de la disciplina que es su pasión, el kung fu, y la nueva orientación que le están dando desde que han asistido a una capacitación en la ciudad de Mendoza, en Argentina.

Mujer, este es tu momento
Ana es muy convincente en sus apreciaciones. Una serenidad contagiante se puede percibir a través de sus palabras, porque se ha enamorado del kung fu desde hace cinco años, arte que conoció mientras estudiaba en la Escuela Nacional de Teatro, disciplina que es una exigencia en la formación de actores.


“Para hablar del kung fu en Santa Cruz, debo referirme a la escuela Shaolin Tao de Kung Fu Wushu que tiene 24 años en Argentina; aquí en Bolivia trabaja hace 10 años. Este espacio, en nuestra ciudad, ahora tiene una nueva misión: abrirse a la enseñanza de la mujer, porque creemos que mientras trabajemos entrenando a las damas estaremos trabajando en el desarrollo de las sociedades. Esta disciplina desarrolla el carácter y fortalece la autoestima del individuo”, explica Ana.

La mujer es la base de la familia y este arte marcial le da herramientas y desarrolla sus potencialidades interiores como su carácter. Eso es básicamente lo que quiere hacer la escuela Shaolin Tao a través de sus instructoras, trabajar con la mujer, para que no sea más sumisa, debe elevar su autoestima porque es quien conduce un hogar y educa hijos menos machistas y respetuosos de las mujeres.

Mónica aclara esta filosofía: “En este espacio trabajamos no solo la parte física, también el interior. Formamos niñas desde los cuatro años, para educar sus egos y que puedan controlar sus emociones. Así también mujeres jóvenes, adultas y de la tercera edad, aunque este grupo, el de las abuelitas, encuentra alivio a sus problemas y dolencias en el taichi, porque es más suave y lento en los movimientos y posturas”.

Shaolin Tao
En esta escuela o espacio, como le llaman sus entrenadores, cuentan a la par de la enseñanza del kung fu y taichi, el trabajo de combate, que da la posibilidad de enfrentar constantemente los miedos internos que tiene todo ser humano, además, como en toda la práctica de esta disciplina, trabaja en el equilibrio de tres esferas: el pensamiento, el sentimiento y la voluntad.
“En la mujer es indispensable trabajar en su confianza, porque las féminas tienen mucha fuerza pero no la conocen. Ellas necesitan descubrir esa fuerza, fortalecer su confianza y salir adelante”, cuenta Mónica.

Para que realicés este arte no necesitás fuerza física, como explica Ana: “Es más que una fuerza física, es una conciencia interior, es crear la conciencia en la mujer de que es capaz de conseguir lo que quiere y se propone”. Por su parte, Mónica recomienda la lectura de un libro: “Nos gusta que las chicas lean La revolución sicológica de la mujer, del maestro Luz Kaya, porque trata del desarrollo de la conciencia, que la mujer es el vientre de la humanidad, así como el crecimiento y el desarrollo de su autoestima”.

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