20 abril 2016

El “gigante” que se sintió pequeño

Es el tercer hombre más fuerte del país. Pesa 110 kilos, pero hace cuatro días se sintió minúsculo.

Rodeado de deportistas con musculaturas prominentes y estaturas que lucen los personajes fantásticos, Nacor Terán echaba por tierra sus chances de estar a la altura de sus “pares”. Estaba muy intimidado.

El azar, su fortaleza y su gallardía se fusionaron. Y funcionaron. Algo sucedió. Lo cierto es que el quillacolleño Nacor le dio una cachetada a su propia confianza y se quedó con el bronce en el Hombre Más Fuerte de Bolivia, prueba que se efectuó en Oruro.

Tres meses de preparación fueron equivalentes a su tercer puesto. Así de simple. Quizás por eso, el cochabambino consideró que no iba a ingresar en el Top 3 teniendo al frente a los “monstruos” consagrados del país, como lo son el potosino Eddy Nina y Alfredo Vélez, entre otros (Nina se quedó con el título, pero su logro no viene al caso en la historia del quillacolleño).

“No pensé que haría podio. Al lado de mis compañeros, me sentía muy pequeño. Creía difícil ganar”, rememora el mismo que en 2013 conquistó el segundo lugar en el certamen y que tiene 27 años.

A la pregunta “¿Estás conforme con el bronce?”, la contestación de Nacor queda sobre la mesa, más que justificada, de hecho.

En los 90 días previos a la competencia, se enfocó en incrementar su capacidad de fuerza. No con pesos exactos, sino aproximados. Estuvo dos horas diarias en el gimnasio, cuidó su alimentación e hizo cardio. Se trató de un entrenamiento intensivo.

“¿Si me acostumbré a estar entre los mejores? No exactamente, pero estoy muy contento”, dice, sin descuidar ni un instante la armadura de la humildad que lo rodea y que lo hace aún más grande de lo que él asume.

Vencer a Nina fue el objetivo implícito, pero la insignia de favorito que se cuelga el potosino en el pecho no es gratuita. “Hace seis años consecutivos que compite y es campeón. Incluso ganó un título sudamericano. Ya tiene bastante experiencia”, reconoce Nacor.

Se escuchó hablar de su fuerza colosal, se supo que en 2013 arrastró un tractor de aproximadamente 15 toneladas (mérito que le valió el segundo lugar) y que empezó a medirse en la disciplina hace cinco años. Sin embargo, pocos conocen que trabaja en Ivirgarzama, en el área de salud. Solo su familia, testigo de sus lesiones e ilusiones, sabe que su motor abstracto es la admiración y el respeto de la gente. Lo motiva precisamente eso, el cariño del público que nunca lo abandona.




No hay comentarios:

Publicar un comentario