06 abril 2015

El esquí ‘revive’ en Bolivia

Desde que hace unos diez años desapareciera la nieve de la montaña Chacaltaya (5.421 metros de altitud sobre el nivel del mar y parte de la Cordillera de los Andes), a 30 kilómetros de La Paz, en Bolivia poco a poco fue desapareciendo la actividad tanto del montañismo como del esquí, pero hace dos semanas siete alpinistas europeos demostraron que estos deportes se pueden seguir practicando en otros lugares.

Los siete expertos: Guido Barindelli, Edoardo Benzonelli, Camillo Della, Enzo Scian, el padre Antonio Zavatarelli, Giacomina Pizzi, la única dama (todos italianos), y el rumano Michael Pupeza, escalaron la montaña Chearoco y descendieron esquiando.

Este cerro, que también es parte de la Cordillera de los Andes, tiene 6.127 metros de altitud y está a 85 kilómetros de La Paz. Fue escalado por primera vez, pues nadie se animaba a hacerlo porque es bastante peligroso y solo los alpinistas de élite están en condiciones de afrontar la exigencia.

Hace dos semanas llegaron los escaladores gracias a los contactos con la Fundación Manos Abiertas Virgen de la Natividad, que apoya el trabajo social de las parroquias de Santiago de Huata y Peñas.

Su travesía comenzó el miércoles 25 de marzo, día en que fueron al municipio de Batallas y la localidad de Peñas —donde se encuentra el Chearoco— para después dirigirse a la comunidad de Alto Cruz Pampa, lugar en el que armaron su campamento base. Al día siguiente solo descansaron.

Los italianos Scian (izq.), Pizzi, Benzonelli, Barindelli y Della en su visita a la plaza Uyuni.

El viernes ascendieron durante tres horas la montaña hasta llegar a 5.050 metros de altitud; allí arribaron con ocho mulas para armar una base (campo alto), en tanto que el sábado se aclimataron avanzando unos 500 metros y poniendo banderines para regresar debido a la neblina.

Finalmente el domingo (05.30), Barindelli, Della, Scian y Zavatarelli (padre de la parroquia de Peñas) escalaron la montaña, mientras que Benzonelli, Pizzi y Pupeza se quedaron en campo alto debido a que les afectó la altura.

En los últimos 100 metros los cuatro alpinistas ascendieron con la ayuda de crampones y piolets. Desde la cima Della y Scian bajaron a toda velocidad con esquís, mientras que Barindelli y Zavatarelli lo hicieron con más cuidado.

“Estamos contentos por lo que hicimos, fue un gran reto, pero pudimos escalar y bajar en esquí”, dijo Barindelli, quien espera que más personas, entre ellos bolivianos, se animen a hacer lo mismo en un futuro.

El camino está abierto para que otros lo intenten

Marcelo Avendaño

Los visitantes europeos también cumplieron con dos objetivos que tenían para esta expedición, escalar y bajar en esquí la montaña Chearoco y hacer conocer la población de Alto Cruz Pampa para que más personas la visiten y ayuden con el turismo.

Esta montaña, de 6.127 metros de altitud, era uno de los objetivos de estos expertos en alpinismo, pues vieron que tenía una cresta (pico de la montaña) bastante empinada, lo cual es atractiva y llamativa.

“Ése era nuestro reto, vimos que tenía un camino complicado y lo quisimos esquiar”, manifestó el italiano Guido Barindelli.

Este año se les cumplió ese deseo, pues en 2014 llegaron al país por estas fechas y pese a escalar el Chearoco no pudieron descender en esquí, ya que el mal clima —sin visibilidad por la neblina— se los impidió.

“El año pasado no pudimos hacerlo, fue una lástima, pero ahora sí, entonces nos vamos contentos porque pudimos bajar esquiando”, dijo Barindelli.

Además, éste era uno de los cerros que les faltaba escalar, ya que más antes habían llegado a la cima del Huayna Potosí, Sajama, Illimani, entre otros.

Esta expedición que realizaron se hizo muy conocida en Europa —donde se practica bastante ambas actividades—, por lo que consideran que más adelante llegarán varios turistas.

“Este proyecto se hizo conocer en todo el mundo, estamos felices por eso, ya que deseamos que haya turismo en ese sector para que las personas tengan una vida más decente, que haya un desarrollo humano de la gente que vive en condición de mucha pobreza”, dijo Marcelo Alcázar, vicepresidente de la Fundación Manos Abiertas.

Pese a que las personas de Alto Cruz Pampa no tienen buenas condiciones para vivir, recibieron y atendieron muy bien a los europeos, por lo que ellos se sienten muy agradecidos por su estadía en ese lugar.

“Todos queremos expresar nuestra gratitud a esa maravillosa gente que nos ayudó y nos hizo sentir como en casa, nos recibieron bastante bien”, señaló el italiano Enzo Scian.

Son del CAI, uno de los grupos más selectos de montañismo

Marcelo Avendaño

Los siete alpinistas son del Grupo Amici Internazionali SCI Alpinismo (GAISA) que forma parte del CAI (Club Alpino Italiano), una de las asociaciones más antiguas y prestigiosas que hay sobre el montañismo en el país europeo y en el ámbito mundial.

Esta entidad se formó el 23 de octubre de 1863 en Turín, pero fue fundada el 12 de agosto de ese mismo año y tiene “por objeto el montañismo en todas sus manifestaciones, el conocimiento y el estudio de las montañas, especialmente el italiano, y la defensa de su entorno natural”, según indica su página web.

Gracias a la importancia y jerarquía del CAI y el GAISA, solo los mejores en esta especialidad son incluidos para ingresar al grupo, es decir, no se acepta a cualquier alpinista.

“Es un selecto grupo, los alpinistas con mucha experiencia son incluidos, deben tener un buen recorrido en lo que se refiere a escalar”, explicó el italiano Guido Barindelli.

Los siete que llegaron y subieron el Chearoco tienen unos 50 años de experiencia yendo a la cima de diferentes montañas.Barindelli tiene 63 años y unos 40 como escalador, sus compatriotas: Edoardo Benzonelli (64 años y 40 escalando), Camillo Della (69, 40), Enzo Scian (66, 45), Giacomina Pizzi (62, 40); el rumano Michael Pupeza (66, 40). Mientras que el padre Antonio Zavatarelli, también italiano, es el más joven (47, 30).

Todos escalaron varios cerros alrededor del mundo, especialmente en Europa, por ejemplo, hicieron alpinismo en Pakistán, Perú, Noruega, Nepal, El Tíbet, entre otros lugares.

Luego de escalar y bajar en esquí el Chearoco, está planificado que hoy retornen a Italia y aunque no aseguraron un pronto regreso a Bolivia para hacer otras expediciones, señalaron que tienen el deseo de volver especialmente si encuentran otro “reto” con más montañas.

“Todo puede pasar, es probable que volvamos al año, veremos qué pasa”, dijo Barindelli.

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