02 abril 2014

Carolina Chávez compite por el puntaje perfecto



Hace un último ejercicio de calentamiento y antes de lanzarse a desafiar la barra, María Carolina Chávez, de 9 años, revela su secreto de campeona, “si mi entrenadora me dice que haga series de 50, hago 100”.
Buscando superar sus propios logros y sin que la igualen en destrezas sus contrincantes, se prepara para competir en los torneos de gimnasia artística nacional Mini en junio y Sol de Septiembre nivel II.

Logros y aspiraciones
Su currículum deportivo está sembrado de medallas de oro y plata desde que empezó a competir en el 2011, cuando obtuvo plata en barra y viga en el torneo nacional Sol de Septiembre, superándose el año pasado en barra y destacando como segunda en suelo en esta misma competición.

En su más reciente encuentro, el nacional Mini del 2013, se coronó como campeona en viga y subcampeona en máximo acumulador. Sin embargo esto no enmarca sus aspiraciones, ella dice que lo que busca es la puntuación perfecta. “Quiero el máximo puntaje”, afirma, como lo hizo por primera vez en los juegos olímpicos la gimnasta rumana Nadia Comaneci en 1976.

Gimnasta desafiante
Tenés que ser fuerte, es lo que se dice a sí misma y lo que explica a Para Ellas. Por ningún motivo se permite no entrenar, ni cuando tuvo dengue; mucho menos se pierde una competencia para asombro de su madre Carola Áñez. “En el torneo más reciente completó su rutina con ampollas abiertas en ambas manos”, cuenta con voz emocionada.

Cada año María Carolina decide si quiere seguir practicando este deporte, se lo preguntan sus padres. Sabe que tiene la última palabra y que debe tener disciplina y esforzarse para ser la mejor en el gimnasio, en casa y en el colegio.

Esa convicción la desarrolla desde los cuatro años. Prefirió la gimnasia artística antes que el ballet porque la delicadeza no va con ella, la define más su fuerza y su energía, nos cuenta.
“Desde que empecé a pasar clases aquí solo he faltado dos veces pero fue porque no me pudieron traer”, manifiesta como una victoria aparte de sus medallas y sus ampollas que la llenan de orgullo porque, para ella, dan fe de su perseverancia.

¡A competir!
Cuerpo erguido, cabeza en alto, mirada al público, concentración total. Empezó su rutina favorita en el suelo, así actúa cuando practica y también cuando se presenta en un torneo, con la diferencia de que se encomienda a Dios con un padre nuestro.

Una y otra vez repite sus ejercicios. La exigencia es mayor, dentro de dos años la espera el Sudamericano Pre Infantil y para ese entonces tiene que haber dominado mortales en viga, giros en el suelo, elementos de mayor dificultad en barra y salto. A largo plazo, cuando cumpla 15 años, el reto serán las olimpiadas.

Según su entrenadora Sofía Avellaneda tiene a su favor la fuerza, la flexibilidad, la voluntad y algo que la hace grande y la diferencia... el encanto por la ovación del público y un espíritu competitivo


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