05 septiembre 2012

Parapente y bungge, deportes extremos en el altiplano

Wilfredo Canaviri está a punto de lanzarse desde el puente Chaquerini, construido a unos 27 metros de altura del suelo.

Sus amigos lo alientan: ¡que salte!, ¡que salte!, ¡anímate!... le gritan repetidas veces, mientras su novia mueve la cabeza negativamente, cruza sus brazos y fija su mirada en el suelo, queriendo controlar los nervios. “Yo no me animo ni aunque me paguen miles de dólares”, sostiene con firmeza.

Pero Wilfredo está decidido y para mayor seguridad cuenta con el soporte de un equipo profesional que lo asesora en esta práctica conocida como bungge o puenting, que consiste en saltar de estructuras elevadas, atados a cuerdas elásticas y otros implementos de seguridad.

“Es alucinante y en pocos segundos te pasa todo por la mente, te acuerdas de todo y a la vez de nada”, opinó el joven aventurero que poco antes, animado por sus aliados entusiastas, al fin se animó a dar el salto.

Todo ocurrió en el marco del proyecto Unidos por el Turismo, parte del programa Bolivia te espera que promueve el Viceministerio de Turismo.

El objetivo del viceministerio -que en esta actividad en particular apostó por las experiencias extremas- es fortalecer el turismo nacional ofreciendo una serie de expediciones y visitas a áreas turísticas urbanas y rurales, con precios promocionales e incluso transporte gratuito.

Expedición

Para los deportes extremos y otras experiencias, los destinos elegidos fueron Pampalarama (a 20 kilómetros de la ciudad), el Cañón de Palca (a 30 km), Los Ángeles de Calamarca (a 60 km), Llacasa (a 18 km) -donde también se practica parapente- y el puente Chaquerini (a 20 km), todos en el altiplano de La Paz.

Pese al intenso frío, a las siete de la mañana del sábado 25 de agosto, al menos 250 personas se reunieron en la plaza del estadio de Miraflores, de donde partieron los buses rumbo al recorrido.

La alegría se apoderó de cada uno de los participantes, que viajaron acompañados por sus familiares, amigos o parejas. La mayoría escogió visitar lugares que no conocía y el ir por primera vez le dio un ingrediente especial.

El primer destino fue Llacasa, de donde empezó un recorrido a pie hasta la punta de una colina: 15 minutos de accidentado pero atractivo trayecto.

A diferencia de los jóvenes que siempre buscan experiencias nuevas, Nancy Daza, madre de familia, escogió junto a su esposo visitar el Cañón de Palca en compañía de sus hijos. “Hubiera querido ir al parapente (Llacasa), pero por seguridad de mis hijos estamos visitando Palca; son inquietos, así que es mejor algo más tranquilo”, comentó.

Sedan Villanueva fue uno de los primeros que se inscribió para ir a Pampalarama. Vio la oferta del tour en Facebook, la comentó a sus amigos y todos se apuntaron de inmediato.

Uno de los guías de parapente, Adrián Dolder, realiza este deporte extremo desde hace tres años. Cuenta que todo comenzó como un hobby en su natal Suiza y asegura que “aunque las personas mayores piensan que este tipo de deportes es sólo para jóvenes, se equivocan ya que se trata simplemente de jugar con el viento”.

Hubo en la jornada muchos “aterrizajes”, pero ninguno como el de Mabel Moya, quien estuvo a la altura del desafío. “Fue una linda experiencia. Me pareció que me convertí en un ave y realmente sentí que estaba volando”, señaló.

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