30 septiembre 2012

El biotipo de los atletas bolivianos responde a las pruebas de fondo



H ace más de 500 años, jóvenes incas recorrían hasta 80 kilómetros por día entre Perú, Bolivia y Ecuador para hacer llegar los mensajes de los incas a su destino.

Eran considerados los atletas de mayor resistencia del imperio en el Tahuantinsuyo.

“Por esto, ya en los años 70 del siglo pasado, se decía que, como nuestros antepasados eran chasquis, podíamos ser buenos para la maratón”, recuerda Rolando Diez de Medina, entonces dirigente del Comité Olímpico Boliviano, que era liderado por José Gamarra Zorrilla.

Un debate se instaló hace más de tres décadas en el país: ¿En qué disciplinas puede rendir mejor el deportista nacional? Ello derivó en un estudio que ratificó que por ser descendientes de los grandes corredores de la época precolonial, los bolivianos deberían apostar a las pruebas de resistencia en el atletismo.

Países con poca población como Jamaica forman únicamente atletas y les ha dado buenos resultados. Apuntan a un biotipo avalado por sus condiciones geográficas, climatológicas y/o biológicas. Y expertos recomiendan que similar estrategia debe ser aprovechada por Bolivia, que cuenta con una aliada: la altura.

“Los mejores entrenadores llegan a su país (Jamaica), donde una dieta de productos nacionales rica en carbohidratos ayuda a un mejor desempeño muscular. Y finalmente hay un efecto de retroalimentación, porque hoy todos los niños jamaiquinos quieren ser Usain Bolt o Shelly-Ann Fraser-Pryce (plusmarquistas mundiales)”, escribe el analista mexicano Leo Zuckerman en el diario Excelsior.

“Nuestro biotipo es para las carreras de fondo (de larga distancia, como las de 5.000 y 10.000 metros, y la maratón), ahí podemos sacar puestos aceptables como lo hizo (Claudia) Balderrama, pero en las pruebas de velocidad es difícil”, resume el exatleta Mariano Mamani. Justina Calizaya, excampeona bolivariana, igualmente no tiene dudas: “Hay que apoyar a la gente que hace fondo, ése es nuestro biotipo”.

El director de la Clínica Nacional del Deporte, Raúl Alberto Morales, recomienda tomar más en cuenta a la altitud de La Paz. “Si entrenamos en la altura, vamos a sacar ventaja en el llano como lo hicieron atletas mexicanos y ecuatorianos que vinieron a territorio paceño”.

Esto no excluye a que se apueste por otras disciplinas, pero marca un norte hacia la tan ansiada medalla mundial, porque si bien Bolivia es toda una potencia en el ráquetbol, por ejemplo, este deporte no es parte del menú olímpico y hace fila cada cuatro años para ser incluido por el Comité Olímpico Internacional.

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