10 junio 2012

Hay gente que gana dinero por jugar en varias ligas barriales

Cada fin de semana, Álvaro Dávila, de 23 años, defiende los pórticos de hasta ocho equipos de fútbol barriales a cambio de unos 100 bolivianos por encuentro. De lunes a viernes estudia psicología en una universidad privada de La Paz.

Dávila no mide más de 1,73 metros, pero tiene la habilidad para la “volada” y por eso es que siempre tiene trabajo seguro los fines de semana. “Yo me entreno, sin dejar los estudios, para estar a ritmo en los partidos del fin de semana”.

El estudiante de psicología es una de las personas que en La Paz gana ingresos extras por reforzar los equipos barriales y que se conocen, comúnmente, como los “siete ligas”. Por lo general, cada jugador recibe desde 50 hasta 100 bolivianos por encuentro.

El arquero disputa partidos en Obrajes, en el estadio Obrero, en la parada del bus J (en Bajo San Antonio), entre otras zonas.

“En una semifinal en el torneo de El Tejar me llegaron a pagar 200 bolivianos. Después llego a ganar de 70 a 100 bolivianos por partido”, dice el estudiante de psicología.

Lo que obtiene lo utiliza para pagar sus pasajes, el gimnasio y comprarse implementos deportivos. “Un par de guantes, con suerte, me dura medio año y son caros. Al menos 350 bolivianos gasto para comprármelos”.

Ramiro Nina es otra de las personas que gana algunos pesos por jugar. El comerciante de 28 años, al igual que Dávila, es arquero y participa en unos ocho partidos cada fin de semana.

“Por partido puedo llegar a ganar entre 50 y 70 bolivianos. Si el dirigente vio que jugaste bien, pues te paga más”. Él refuerza planteles en Villa Victoria, mercado Yungas, Pampahasi, en la cancha Zapata y en otras ligas.

Vladimir Rivera es otro de los cracks del fin de semana. De lunes a viernes, el mediocampista de 28 años es profesor de educación física, pero el sábado y el domingo se convierte en un maratonista del fútbol que va “de villa en villa” jugando por amor al deporte y que de vez en cuando gana algo de dinero.

Reconoce que el ritmo ha bajado. Cuando tenía 19 años salía de su casa a las siete de la mañana y retornaba casi al anochecer, tras jugar dos partidos en la jornada matinal y dos en la tarde. “Antes jugaba mejor”, reconoce.

También hay gente de más edad reforzando ligas barriales. Rodolfo Salazar, de 43 años, es una de esas personas. Él juega de defensa y comenta que el ritmo es intenso al punto que “no te da tiempo entre partido y partido. Tienes que salir corriendo”. Gana unos 50 bolivianos por encuentro.

Los días hábiles trabaja en un departamento de cobranzas.

A sus 54 años, Juan Morales, quien se dedica a la venta de revistas y periódicos, ya se alejó de las canchas, pero recuerda que cuando era joven llegaba a competir en más de siete equipos.

La actividad le aportaba ingresos extras que le permitían “llegar a fin de mes”.

“Jugaba tantos partidos los fines de semana que por mes me hacía 500 bolivianos. Esto apoyaba a mi sueldo cuando trabajaba en una imprenta a mis 22, sobre todo los fines de cada mes”, relata Morales, quien vende revistas en la avenida Arce.

Estímulos

Los equipos además dan incentivos a los refuerzos. Lo común es el pago de los pasajes en taxi, para que los futbolistas puedan llegar a tiempo a los otros compromisos.

“También se tiene que pagar los pasajes para que vayan a sus otros partidos o para que lleguen a nuestro encuentro”, dice Morales entre sonrisas.

Hay un incentivo especial si el compromiso corresponde a instancias finales de algún torneo. “Les voy a pagar 20 bolivianos por cada gol que hagan”, suelen decir los representantes, comenta Rivera.

“Como era mediocampista, rara vez metía gol. A veces me iba con 20 ó 40 bolivianos más de lo que ganaba por partido”, agrega el maestro de educación física.

Cuando Morales jugaba, los delegados de los equipos solían llamar a los mejores “siete ligueros” para reforzar los planteles.

“Sólo llamaban para las finales, semifinales o partidos importantes. Es ahí donde incluso llegaban a pagar más”, recuerda Morales, quien el año pasado fue dirigente de New Player, equipo de canillitas que juega en la cancha Obrero.

Resalta que los incentivos ayudan a los chicos para que se queden en el equipo.

El pago a los refuerzos, sin embargo, no trae una retribución económica si es que se gana el campeonato. Sin embargo, tiene otra importancia.

“El hecho de salir campeón, de dar la vuelta olímpica en tu cancha, ser el mejor de tu barrio, paga todos los gastos. Lo que sí es que te dan un trofeo”, sonríe Morales.

Jerga futbolera de las villas
Garrotitis Calambres o fatiga muscular que se siente después de jugar una maratón de partidos.


Siete ligas Personas que juegan varias ligas de barrios durante un año. Algunas cobran por jugar. También son conocidos como “piratas”.


Patas Personas que tienen buenas habilidades en el fútbol. También se los conoce como “mortales” o “venenos”.


Maderas Son los jugadores que no presentan ninguna habilidad en el deporte.


Sucios “Pasa-balón pero no jugador”, una frase muy conocida para los jugadores que se encargan de quitar el balón de forma brusca. Se los apoda “hacha” o “limpiadores”.



Testimonios
Vladimir Rivera Profesor de educación físicaVladimir Rivera, de 29 años, calcula que llegó a jugar en más de 30 equipos en un año cuando tenía 19 años. Solía llevar todos sus uniformes en un maletín. “Tenía varios y me confundía. Muchas veces debía llamar al dirigente para que me diga cuál era o directamente los llevaba todos al partido”, contó.

Actualmente es profesor de educación física y comenta que ahora el ritmo ha bajado, debido a que se dedica a su profesión, pero también por cuestión de edad.


Álvaro DÁvila Estudiante de psicologíaUna de las metas de Álvaro Dávila, de 23 años, es jugar en la Liga boliviana. Para esto, el guardameta se entrena de lunes a viernes y los fines de semana juega en varios equipos de barrios.

“Siento que si dejo de jugar perderé el ritmo de juego. Tengo que estar en constante entrenamiento para llegar lejos”, afirmó el arquero del equipo 16 de Julio de la Asociación de Fútbol de La Paz.

Álvaro contó que juega también en equipos de empresas privadas y públicas.


Ramiro nina ComerciantePara Ramiro Nina, de 28 años, resguardar un arco de fútbol es su pasión.Desde pequeño comenzó a jugar al fútbol y ya de joven participó en más de 15 ligas barriales. En casi todas las importantes, excepto una.

“La liga de El Tejar es una de las más conocidas de la ciudad. Me estoy preparando para entrar a ese campeonato. Primero quiero estar al 100% de mi rendimiento y ahí recién inscribirme, para luego colgar los cachos”, dijo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario