20 junio 2012

Diálogo con la marchista Claudia Balderrama, abanderada del equipo nacional.

Era el año 1996 y con solo 13 años Claudia Balderrama soñaba competir a nivel olímpico. En aquel tiempo sus piernas la llevaban a carreras de fondo y semifondo. Sin embargo, los resultados no llegaban, en 2010 hizo un cambio drástico y pasó a competir en marcha. En solo dos años consiguió la marca B para clasificar a los Juegos Olímpicos y caminará en el Estadio Olímpico de Londres con la bandera boliviana.

Falta muy poco para los juegos ¿Sentís la ansiedad?
C.B.: La verdad que estoy entrenando mucho, en la montaña y en solitario. Entonces francamente no tengo en mi mente la sensación de ansiedad. Estamos muy avanzados en el trabajo de cara a los Juegos Olímpicos. He cambiado mucho y gracias a Alduberty Flores, mi entrenador, y Raúl González Rodríguez (medallista olímpico en Los Ángeles 1984) quien es parte de la selección mexicana de atletismo.

¿Cuánto tiempo hace que trabajas con los mexicanos?
C.B.: Desde hace 2 años, en 2010 mi entrenador me llevó y para mí todo cambio. Desde todo aspecto he cambiado, marchaba muy mal. Y si alguien me preguntaba no daba ni 10 centavos por mí. Pero mi entrenador y el equipo mexicano me han ayudado tanto, y me han dado tanto apoyo que les voy a estar agradecida de por vida.

¿En lo técnico qué cosas has mejorado?
C.B.: Recuerdo que cuando recién comencé a marchar miraba mi sombra reflejada en el camino. Mi postura era mala, mi biomecánica también y me frustraba mucho porque los resultados no se daban y no entendía porqué. Mi entrenador me llevó a México con un solo objetivo, mejorar los tiempos, pero además crecer a nivel técnico como atleta. Dos años después, con mucho trabajo y mucho entrenamiento, conseguí la marca. Trabajar con el equipo mexicano me cambió mucho la mentalidad. Soy más disciplinada y mi ambición ha crecido significativamente. Veo que ya no soy la atleta que fui y la oportunidad de demostrarlo es en Londres.

¿Cuál es el comentario de tu familia ante tus primeros juegos?
C.B.: Uff, (se le entrecorta la voz como si el recuerdo de aquellos días de 1996 volvieran) mis padres siempre han sido mis principales sponsors. Y hoy, que tengo el apoyo de mi país, igual están a mi lado. Mañana (por hoy) finalizo mi entrenamiento en Chacaltaya, y ellos estarán ahí viéndome, como cuando tenía 13 años. Ellos han sido testigos de todo lo que hemos luchado juntos, porque son directamente responsables de que haya llegado a Londres. Y para mí es un orgullo que puedan verme.

¿Y ahora cómo sigue tu entrenamiento?
C.B.: Una vez que finalizamos el trabajo en montaña vamos a afrontar el trabajo en carretera. Ya en esta instancia el trabajo es más para afinar detalles técnicos, mejorar el paso, los puntos de apoyo, el ritmo. La intensidad del entrenamiento no va a disminuir lo cual para mí es mejor. Tengo que mejorar mi nivel para dar lo mejor de mí en los Juegos.

¿Ya sabés cuándo vas a partir a Londres?
C.B.: Me gustaría poder ir faltando algunos días antes de la competencia. A mí me gusta manejarme de esa manera. Siempre lo he hecho así, no necesito aclimatarme ni nada, solo voy a hacer lo mío, voy a dejar todo para mejorar. Es por eso que a mí la idea de ir un mes antes no me agrada. Para mí eso es distractorio.

Estás frente a tu primer juego olÍmpico ¿Vuelven a vos los recuerdos de tus inicios?
C.B.: Constantemente, me veo a mí misma cuando soñaba con ir a un Juego Olímpico. Nunca pensé que lo conseguiría, porque como te decía antes, me esforzaba pero no tenía las herramientas, ni los conocimientos, ni el trabajo adecuado. Ahora con el apoyo del país y todo el trabajo realizado por mi entrenador y la selección de México, he podido alcanzar los Juegos Olímpicos. Las frustraciones que tuve por no poder mejorar, cuando era adolescente, hoy parece muy lejano. Pero siempre lo tengo en mi mente, no todo es esfuerzo individual. Se necesita la ayuda de otra gente para que todo salga satisfactoriamente.

Tu entrenador y González ¿Qué te dicen?
C.B.: Que tengo que dar el máximo esfuerzo. Que hay que seguir entrenando, nunca hay tiempos muertos en los entrenamientos y eso es algo para destacar porque es el entrenamiento que tienen los atletas de élite. El ritmo que llevamos ha hecho que pueda acortar los tiempos notablemente en solo tres competencias. Pero nunca recordamos lo conseguido, siempre estamos trabajando para alcanzar nuevas metas.

¿Te imaginás llevando la bandera boliviana?
C.B.: Es algo que jamás imaginé, nunca ni en mis mejores sueños. Para mí es un orgullo, son los colores que amo, los colores que siempre voy a defender. Lo hago hoy que tengo el apoyo de diferentes instituciones. Pero también lo hice durante años cuando iba a competir al exterior, cuando mis padres eran mis sponsors y luchaba para mejorar. Y lo voy a hacer siempre, aunque el día de mañana ya no tenga más el apoyo porque siempre adoré representar a mi país.

Nunca voy a olvidar esta oportunidad a la que estoy enfrente. Será un recuerdo invaluable para mí y mis seres queridos.

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