Inspiradas tras la victoria en la jornada inaugural frente a las locales, el equipo nacional peruano saltó a la pista con gran arrojo, conscientes de que no tenían nada que perder ante las norteamericanas, superiores en cuanto a técnica, calidad y físico.
Las jugadoras de Luca Cristofani, todo voluntad y coraje, exigieron el máximo a su rival desde el primer set (14-14), pero en el último tramo las estadounidenses se aprovecharon de unos despistes de su rival, a los que puso la guinda Cynthia Barboza con su defensa en la red (24-19).
A partir de ahí el equipo que dirige John Banachowski tomó las riendas del partido y afloró la verdadera distancia que separa a ambos conjuntos (7-2, 16-9), especialmente palpable en la facilidad de las medallistas en Río 2007 para bloquear y sorprender en la red (25-15).
Perú, a pesar de las adversidades, no claudicó. Recuperó la ilusión en su juego y aumentó su agresividad, canalizada a través de los remates de Jesenia Uceda (4-8), aunque no fue suficiente para frenar la determinación de las norteamericanas.
A las peruanas se les fue escapando la renta de las manos (17-15) hasta que llegó un nuevo acelerón de las de Banachowski, en un contundente tramo final sin síntomas de relajación y con la sensación de que la de oro está en camino.
Brasil, actual subcampeona panamericana, tuvo que esforzarse al máximo para superar a una República Dominicana repleta de calidad la jornada de voleibol femenino en los Panamericanos de Guadalajara.
Fue un encuentro colosal, un auténtico duelo de titanes entre dos selecciones llamadas a las mayores cotas en este torneo.
Las de José Guimaraes, aquí con su mejor versión posible, juegan de memoria y, además, lo hacen de forma vistosa. Atacan con la confianza que les da ser el equipo número uno del ránking mundial y defienden con la tenacidad de quien no da un solo balón por perdido.
Pero, las dominicanas no se quedan atrás. Con la energía y vitalidad que las caracteriza, se dejaron la piel en cada jugada de un primer set muy físico, decantado a favor de las brasileñas (25-22) por los abrumadores remates de Jacqueline Carvalho.
Precisamente esta jugadora tuvo que abandonar la cancha instantes después inmovilizada en una camilla tras un golpe fortuito en la cabeza con una compañera de equipo.
El equipo de Marcos Kwiek, a pesar del arrojo brasileño, no se dejó intimidar. Arrancó acertado la segunda manga (0-4), aunque la lesión de la rival pareció despistarlas y cedieron puntos consecutivos.
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