16 noviembre 2009

La figura Daniela Andrea Eduardo Gimnasta boliviana

“¿Qué tengo que hacer, cómo se lleva la bandera?”, respondió sorprendida con una sonrisa Daniela Eduardo Alves cuando uno de los dirigentes del equipo Bolivia de gimnasia le informó, horas antes del acto, que fue designada como la abanderada de la delegación nacional en el desfile inaugural de los Juegos Bolivarianos.

La cruceña de 12 años portó la tricolor nacional en la presentación de todos los deportistas que son parte del evento que reúne a seis países: el anfitrión Bolivia, Ecuador, Venezuela, Colombia, Perú y el invitado Panamá. Según, Jorge España, presidente del Comité Olímpico Boliviano (COB), Eduardo fue elegida por ser la deportista más joven de la delegación local.

“Dani”, como le llaman sus padres y sus cinco hermanos, competirá contra rivales que le doblan la edad en la disciplina de gimnasia artística, a partir de hoy. “Tendrá que lidiar con experimentadas gimnastas que tienen entre 23 y 24 años. Ella es muy joven, se está perfilando para el futuro, tiene muchas condiciones, pero necesita un trabajo en lo físico, tiene mucho futuro por delante”, aseguró Alexis Ávila Renato, entrenador cubano del combinado verde.

De padre paceño y madre brasileña, la deportista oriental es considerada como una de las gimnastas infantiles más destacadas en Santa Cruz. Justificar a ambos ladosSe entrena todos los días, incluidos los fines de semana, en el Club Siete para llegar a ser “la mejor del país, como María José Lafuente (gimnasta boliviana, quien participó en los Juegos Olímpicos del 2002)”, dijo sonriente.

Eduardo lleva siete años intentando dominar el léxico de los gimnastas, como el doble giro en un pie, la escarpeta con giro, de doble full y otros.

“Mi sueño sería ganar una medalla, quiero seguir los pasos de María José, siempre sigo sus recomendaciones, aunque ya dejó la gimnasia nos guía y nos enseña”, comentó. La abanderada boliviana es campeona nacional en viga, en la categoría infantil, título que consiguió el año pasado en Cochabamba. Roxana Pomier, enviada a Sucre

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